En la División de Acuicultura de ACUINUGA estamos desarrollando un proyecto de innovación tecnológica sobre nuevas aplicaciones de microalgas. El cultivo de microalgas está cobrando un protagonismo creciente, estimándose la producción mundial en 5.000 toneladas anuales de materia seca, con un valor de mercado que ronda los mil millones de euros/año (excluyendo la adición de valor resultante de las actividades de procesado). Independientemente de otras aplicaciones como pueden ser la producción de biocarburantes, nuestro interés deriva de su composición, rica en proteínas y carbohidratos de elevada digestibilidad, y con una fracción grasa que puede alcanzar el 70% de su peso seco, lo que las hace particularmente interesantes desde un punto de vista nutricional. Otros componentes valiosos presentes en microalgas son vitaminas (A, B, C, E), provitaminas y pigmentos como clorofila, carotenoides (astaxantina, betacaroteno, luteína) y ficobiliproteínas, todos ellos de gran interés comercial.
Desde nuestro punto de vista, los ácidos grasos de mayor interés presentes en microalgas pertenecen a las familias omega-3 y omega-6. Estos ácidos grasos poliinsaturados (PUFAs) no pueden ser sintetizados por la mayoría de los animales, por lo que deben ser suministrados en la dieta. La fuente tradicional de estos ácidos grasos es el aceite de pescado, con un rango de precios más competitivo que los PUFAs de origen microalgal. Sin embargo, las evidencias más recientes demuestran una metabolización más eficiente de PUFAs de origen microalgal que la de aquéllos provenientes de aceite de pescado, lo que unido a ciertas limitantes en el uso de estos últimos (enranciamiento, acumulación de toxinas, sabor a pescado, etc.) está favoreciendo el desarrollo de proyectos industriales de cultivo de microalgas. Un buen ejemplo de esto es la incorporación de DHA de origen microalgal (un PUFA -presente en el calostro pero ausente en la leche de vaca- de gran importancia para el desarrollo del cerebro, ojo y corazón), en potitos o papillas para bebés y suplementos para adultos, con un valor mundial de mercado en 2010 próximo a los diez mil millones de euros y comercializados ya en más de 60 países.
En el proyecto que estamos llevando a cabo nos centramos en la producción de Nannochloropsis oculata, posiblemente la microalga de mayor importancia para el cultivo del rotífero Brachionus plicatilis. Este rotífero, en combinación con el crustáceo Artemia salina constituye la base de la alimentación larvaria de muchas especies de gran interés para nosotros, como el lenguado, el rodaballo, el salmonete, el besugo o la lubina. Con un contenido en proteína del 47% y en lípidos del 23%, de los cuales un 36% es EPA y un 5% ARA, rica en clorofila y vitamina C, Nannochloropsis representa además una pieza fundamental en el diseño de una estrategia nutricional para el cultivo de nuevas especies. Los resultados obtenidos hasta el momento nos han permitido producir esta microalga en condiciones de esterilidad, en diferentes presentaciones (fresca pasteurizada, pasta congelada y polvo seco atomizado) y en cantidades susceptibles de ser comercializadas para su aplicación industrial. Con este producto complementamos nuestra cartera de herramientas nutricionales, permitiendo además su posterior valorización en base a la extracción de componentes de interés comercial.